jueves, 29 de mayo de 2008

DWAYNE WADE: FELIZ DIA DE LA MADRE... OH MY GOD!

Como en la mayoría de países del mundo, Mayo es el mes donde se celebra el Día de la Madre, y en Estados Unidos no se hace una excepción. En dicha celebración los hijos se sienten orgullosos de sus madres y les regalan algún detalle para demostrarles cuanto las quieres. Los regalos más típicos son las flores, los perfumes o las joyas, aunque cada vez más la imaginación de los vástagos intenta salirse de esos tópicos. ¿Qué le regaló Dwayne Wade a su madre Jolinda? Pues nada más y nada menos que una iglesia...

Dwayne Tyrone Wade nació hace 26 años en Oak Lawn, Illinois (Estados Unidos). Criado en los suburbios de Chicago, este admirador de los Bulls de Michael Jordan, Denzel Washington, las alitas de pollo y el rapero Jay-Z, se hizo ràpidamente un nombre con los Golden Eagles de Marquette. Él fue la estrella emergente que llevó en 2003 a la Universidad católico-privada de la zona de Milwaukee a la Final-Four de la NCAA, por primera vez desde 1977.

Ese mismo año dio el salto a la NBA con los Miami Heat (Nº 5 del Draft 2003), logrando ser una referencia dentro de la Liga rápidamente. Tras defender a Estados Unidos en Atenas 2004, llegó junto a Shaquille O’Neal al peldaño más alto de cualquier profesional de baloncesto, ganando el anillo de campeón en 2006 ante Dallas Mavericks y siendo elegido MVP de las finales.

Después de tocar el cielo con los dedos, esta última temporada ha sido un auténtico calvario para el competitivo Dwayne y los aficionados de Miami: estrellas en baja forma (Shaq, Walker), mala planificación, traspasos de jugadores a media temporada y una plaga de lesiones (entre ellas la del propio Wade). Todo ello ha llevado a la franquicia al peor récord de todos los equipos de la NBA, con apenas un paupérrimo balance de 15 victorias por 67 derrotas.

De esta forma Wade, una de las superestrellas más mediáticas de la Liga, ha pasado casi un año en blanco donde ha dedicado más tiempo a los suyos que al baloncesto. Impulsor de su propia fundación, casado con su novia de instituto Siohvaughn y con una hijita de tres años llamada Zaire, el gran jugador ha demostrado este año ser aun mejor persona, sobretodo cuando le regaló una iglesia a su madre.

Jolinda Wade no ha tenido una vida fácil y seguramente no ha sido la mejor madre del mundo. Su inmadurez e inconsciencia además de continuos flirteos con el alcohol y las drogas, la llevaron a ser una fugitiva de la ley y a estar al borde del abismo. La hermana de Dwayne, Tragil Wade, fue la persona que se encargó de proteger y subir a todos los hermanos de la familia, mientras rezaba para que su madre no fuera tiroteada en los suburbios de Chicago.

Hace siete años pero, la situación dio un cambio radical. Cansada de sufrir en silencio de una forma inhumana, Tragil acompañó entre lágrimas y profundamente afligida a su madre a una iglesia. Dios era la respuesta! Jolinda dejó de beber, se entregó a las autoridades y empezó a ejercer de pastor baptista entre rejas. Tras pagar su deuda con la ley y una vez rehabilitada, la vida de Jolinda no ha vuelto más al mal camino y ha conducido desde 2004 servicios religiosos a los feligreses de una pequeña iglesia en Chicago.

Lejos de darle la espalda, Dwayne Wade habla de su madre con extraordinaria devoción. “Respeto a mi madre muchísimo, por la vida que llevaba y por la alegría de ver hoy la que lleva. Todo el mundo piensa que yo soy el milagro de la familia, pero para mi lo es ella. Creo que yo he llegado lejos porque he sido bendecido con un don, pero ella ha sido algo más. Ha sido elegida”.

Así pues, el lesionado Wade estuvo toda esta primavera pensando como hacer que su madre recibiera todo el amor que él le procesa. En enero se enteró que el “Temple of Praise” de Chicago estaba en venta, en abril obtuvo ya los papeles de propiedad de la iglesia y empezó las remodelaciones del edificio. Pese a ser una megaestrella del baloncesto, Dwayne sabía perfectamente que su madre nunca le hubiese pedido dinero por una cosa así, y esto la honraba muchísimo.

El domingo 18 de Mayo, Jolinda Wade se visitó de púrpura de pies a cabeza para asistir al servicio de domingo. Su sorpresa fue mayúscula cuando su hijo la llevó dentro del “Temple of Praise”, el cuál estaba lleno hasta la bandera, con coches de asistentes aparcados hasta tres manzanas lejos del recinto (con las madres de Shaquille O’Neal y Magic Johnson incluidas), y le dio unas grandes tijeras para que cortara la cinta roja de su “nueva casa”.

A Dwayne se le vio con lágrimas de felicidad, mientras su hermana Tragil muy emocionada, solamente pudo entonar un “Aleluya”. Sin duda Estados Unidos es un país donde el binomio superación personal y religión mueve a muchísimas personas y gusta de una forma especial, casi mística. Y es que como descubrí en mi estancia en Carolina del Sur en el 2004 “los caminos del señor son inescrutables”.

lunes, 26 de mayo de 2008

GORDON BANKS: A HERO WHO COULD FLY

En el año 2006, el autor irlandés Don Mullan publicó unas memorias de su infancia con el nombre de “GORDON BANKS: A Hero Who Could Fly” (Gordon Banks: un héroe que podía volar) En ella el escritor habla de cómo las hazañas personales y deportivas del portero inglés de los sesenta, le habían servido de espejo para coger los caminos correctos en su alborotada y convulsa juventud.

¿Pero quién fue Gordon Banks? Según la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS) Banks es considerado el segundo mejor portero de fútbol del Siglo XX, solamente por detrás de la “Araña Negra”, el ruso Lev Yaschin. Nacido en el seno de una familia humilde en el Sheffield de los años treinta, el espigado e introvertido Gordon probó suerte en la mina y en el andamio. Su tremenda fijación y estudio de los porteros de la época y su obstinación, le llevaron a compaginar sus empleos con el de portero en el Chesterfield, dónde rápidamente demostró su enorme talento bajo los palos.

En 1959 el potente Leicester City de la época, puso 7000 libras esterlinas en la mesa y se llevó al prometedor arquero. Sus grandes actuaciones y una final de FA Cup perdida ante el Tottenham Hotspurs, le llevaron a la selección nacional en 1963 de la mano del mítico técnico Sir Alf Ramsey. Pese a debutar con derrota contra Escocia por 1-2, todos los asistentes en Wembley aplaudieron y corearon el nombre de Gordon Banks.

El punto más álgido de su carrera llegó en el Campeonato del Mundo de Inglaterra’66, cuando el indiscutible guardameta formó junto a Bobby Moore, Jackie Charlton, George Cohen y Ray Wilson una defensa infranqueable. Como titular Gordon Banks jugó los siete partidos del torneo, recibió sólo tres goles (uno de ellos de penalti) y formó parte de la única selección inglesa capaz de ganar un Mundial. Después de tal hazaña y con sólo 28 años, Banks fue objeto de la frase "tan seguro como los bancos de Inglaterra" y se le puso el apodo de “Banks of England”.

Los años siguientes fueron un tanto convulsos para el gran portero inglés, pues la aparición del joven Peter Shilton en la cantera del Leicester City, le llevaron a cambiar de aires en 1967 para defender los colores del Stoke City. De todas formas, pese a que Banks iba cumpliendo años, que la competencia era fuerte e incluso de su paso fugaz por la liga de fútbol americana (USA), Sir Alf Ramsey continuó confiando en él como primera opción para defender la portería de Inglaterra en el Mundial de México en 1970.

A HERO WO COULD FLY ¿Por qué Gordon Banks no es conocido por su logro colectivo de 1966? Pues porque la historia le tenía reservado un hueco, un flash, “a tremendous momentum” como dirían los anglo-sajones, el cuál quedaría para siempre en la retina de todos los espectadores y televidentes del partido. Corría el minuto 10 de partido en el Estadio Jalisco de Guadalajara, cuando Inglaterra y Brasil empataban a cero.

Pero vayamos por partes. En ese tercer y último partido de la fase previa, ambas selecciones ya clasificadas, se disputaban el primer puesto del grupo y lo que era más importante: continuar jugando en Guadalajara a nivel del mar, puesto que el segundo clasificado se tenía que desplazar a León sin tiempo para aclimatarse a la altura del altiplano mejicano. Una Inglaterra ya veterana aguantó todo lo que pudo ante la magia del Brasil de 1970, el considerado para muchos como el mejor equipo de todos los tiempos. En los primeros compases los de Alf Ramsey pusieron en apuros al guardameta carioca Félix, hasta que en el minuto diez de partido el tiempo se paró y ocurrió lo siguiente...

El capitán Carlos Alberto puso una pelota con gran clase a Jairzinho. Éste sorteó a su marcador Terry Cooper y su centro desde la línea de fondo fue medido a la cabeza de Pelé. El mejor jugador del torneo hizo un salto prodigioso por encima de su marcador Tommy Wright e incluso cantó ¡Gol!... pero no fue así. En ese momento Gordon Banks mostró al mundo en solamente unas fracciones de segundo todo el repertorio de cualidades que le hicieron pasar a la historia como un grandísimo portero: rapidez, agilidad, seguridad y una capacidad innata de llegar a aquellos balones a los que nadie pensaba que se podía. La parada en posición imposible es aun hoy en día considerada la mejor de todos los tiempos; incluso años después el gran Edson Arantes do Nascimento “Pelé” la recuerda como la mejor parada jamás vista.

Al final Jairzinho marcó en la segunda parte el único gol del partido e Inglaterra se vio metida en unos cuartos de final durísimos en la ciudad de León, donde sucumbió ante la poderosa Alemania Federal de Beckenbauer y Müller.

La otra cara de Banks y la sombra de su a veces extraña personalidad llegó cuando sufrió una indigestión justo antes de ese decisivo partido, entrando en su lugar el portero del Chelsea Peter Bonetti, que no tuvo una afortunada actuación. Algunos achacaron la ausencia de Banks a una comida en mal estado e incluso envenenada, aunque malas lenguas aseguraron que se debió a un exceso de “chelas” (cerveza).

Lo cierto es que a partir de ahí Gordon Banks ya pasó a un segundo término en cuanto a la selección inglesa. Aunque siguió contando para el seleccionador su vida cambió radicalmente cuando una tarde de octubre y tras salir de casa del fisioterapeuta del Stoke City, Banks se salió en una cuneta y tuvo un desafortunado accidente donde perdió la visión total de un ojo.

Pese a la prematura retirada en 1972 y con sólo 34 años, Gordon Banks fue condecorado con la Orden del Imperio Británico y dejó tras de si una trayectoria excelente siendo hoy aun considerado el mejor portero británico de todos los tiempos.

lunes, 19 de mayo de 2008

TSUJITANI: EL BOICOT MÁS INESPERADO

La situación de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 es cada vez más esperpéntica e insostenible. La sombra del boicot planea permanentemente en cada uno de los informativos que vemos a diario, provocando que declaraciones de personajes anónimos y más que secundarios, salpiquen como aceite hirviendo en la deterioradísima imagen del gran país chino.


El protagonista de la historia es Masahisa Tsujitani, un artesano japonés de 75 años poseedor de un pequeño taller artesanal en el sótano de su casa en Fujimi, en la región de Saitama (Japón).

¿Cuál ha sido su cometido dentro del movimiento olímpico? Pues el Sr. Tsujitani ha sido el encargado de fabricar escrupulosamente todas y cada una de las bolas de peso olímpico en los Juegos Olímpicos de Atlanta’96, Sydney’00 y Atenas’04.

El conflicto ha llegado con la elección de Pekín como sede olímpica de este año, pues Tsujitani se niega que sus “preciadas” bolas de peso queden “manchadas” en suelo chino y que sean las encargadas de repartir suerte y medallas.

Y es que el anciano nipón defiende las reivindicaciones tibetanas y aporta su granito de arena a la protesta internacional contra el gobierno del gigante asiático. Según él, China no está cualificada para organizar los Juegos y reconoce que su boicot a la cita olímpica se debe, también, a que los deportistas japoneses son a menudo abucheados en los eventos celebrados en China.

De esta forma, a la IAAF y al Comité Técnico del concurso atlético en Pekín, se les avecina trabajo extra, puesto que los atletas competirán con material propio y a los delegados les tocará calibrar y homologar los pesos. Las bolas de peso olímpico deben ser metálicas, tener superficie lisa, pesar 7,260 kilos para los hombres y cuatro kilos para las mujeres y tener un diámetro de entre 110 y 130 milímetros, para adaptarse al diferente tamaño de las manos de los lanzadores. Así pues, dominadores actuales de la disciplina como los americanos Hoffa o Nelson tendrán que pagar un extra en la facturación de su avión rumbo a Pekín.

Lo que es seguro es que nadie lanzará en estos Juegos con las bolas de Tsujitani. Sus vehementes convicciones político-sociales pro-tibetanas y anti-chinas seguramente le repercutan negativamente en el presupuesto anual de su pequeña empresa, aunque es innegable que, como dijo el gran artista Andy Warhol, le han dado al nipón esos 15 minutos de gloria que todo el mundo anhela.

De todas formas pero, no habrá muchos que echen de menos al orfebre, pues al fin y al cabo todas las bolas de peso son similares. ¿Volveremos a ver a Masahisa en los Juegos Olímpicos de Londres 2012? Qui lo sá...